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En esta edición de nuestra newsletter presentamos el concepto de “Conocimiento Sostenible” (Sustainable Knowledge)

04|DECEMBER|2025

Conocimiento sostenible: qué es y por qué lo necesitamos

En esta edición de nuestra newsletter presentamos el concepto de “Conocimiento Sostenible” (Sustainable Knowledge)

El equipo de la Fundación Epistemonikos ha acuñado el término “Conocimiento Sostenible” (Sustainable Knowledge) para referirse al conocimiento producido bajo condiciones óptimas de calidad, eficiencia y mínima redundancia.

En esta edición de nuestra newsletter, presentamos un resumen del artículo publicado recientemente por nuestro equipo en el Journal of Clinical Epidemiology, titulado “Framing Evidence Synthesis Production with the Lens of Sustainable Knowledge” (abordando la producción de síntesis de evidencia desde la perspectiva del conocimiento sostenible). En él se argumenta que la producción de síntesis de evidencia atraviesa una crisis profunda y se propone el concepto de conocimiento sostenible como un marco para comprender y enfrentar este desafío.

Acceso al artículo completo (acceso abierto): Rada G, Ávila-Oliver C, Pesce F, Verdugo-Paiva F. Framing evidence synthesis production with the lens of sustainable knowledge. J Clin Epidemiol. 2025 Oct 27;189:112027. doi: 10.1016/j.jclinepi.2025.112027  


La necesidad de evidencia confiable

Cada día, quienes trabajan en salud toman decisiones que afectan directamente la vida de las personas: médicos que eligen tratamientos, equipos de salud pública que responden a emergencias, y responsables de políticas que diseñan programas de impacto poblacional. Idealmente, todas estas decisiones deberían basarse en la mejor evidencia científica disponible. Sin embargo, el volumen creciente de investigación dificulta encontrar, evaluar e interpretar la información de manera rigurosa y oportuna.

Para abordar este desafío, la comunidad científica inventó las revisiones sistemáticas. Estas reúnen y evalúan toda la investigación disponible sobre una pregunta específica, ofreciendo una conclusión clara sobre lo que se sabe y lo que aún es incierto. Gracias a su metodología estructurada y transparente, se han convertido en el estándar de referencia para la toma de decisiones en salud.

A pesar de ello, hoy las revisiones sistemáticas atraviesan una crisis creciente.

Un sistema bajo presión

Paradójicamente, el éxito de las revisiones sistemáticas ha generado una crisis. El volumen de producción es explosivo: solo en salud se publican más de 200 revisiones sistemáticas al día, a veces superando la cantidad de nuevos estudios primarios sobre los mismos temas. Esto dificulta identificar cuál es la más confiable o actualizada.

Además, muchas presentan limitaciones: algunas son de baja calidad, otras duplican esfuerzos innecesariamente y la mayoría queda obsoleta rápidamente debido al largo tiempo que requiere su producción (a menudo más de un año). Nuestro equipo sostiene que esto no es solo un problema técnico, sino un síntoma de fallas estructurales en el ecosistema de investigación, donde la presión por publicar incentiva la cantidad sobre la calidad y el trabajo se realiza en silos desconectados.

Nuevas aproximaciones y por qué no bastan

Para responder a estas dificultades, se han desarrollado nuevas modalidades como las revisiones rápidas, que aceleran el proceso simplificando algunos pasos, y las revisiones vivas (living reviews), que buscan mantenerse actualizadas de manera continua. Ambas aprovechan herramientas tecnológicas para automatizar tareas como la selección de estudios o la extracción de datos.

Si bien estas estrategias representan avances importantes, no han resuelto el problema de fondo. Las revisiones rápidas a menudo sacrifican calidad por velocidad. Las revisiones vivas son complejas y costosas de mantener, por lo que muchas se actualizan solo unas pocas veces o nunca, pese a su nombre. Las tecnologías existentes generan dudas sobre su confiabilidad, transparencia y accesibilidad.

Incluso los esfuerzos más ambiciosos muestran límites evidentes: revisiones extremadamente rigurosas pueden tardar años en completarse, mientras que otras muy frecuentes en sus actualizaciones carecen de la profundidad metodológica necesaria. La pandemia de COVID-19 demostró que la coordinación permite avances excepcionales, pero también que tales niveles de colaboración dependen de condiciones extraordinarias difíciles de sostener.

Como se expone en el artículo, mejorar etapas aisladas del proceso no basta. Las barreras son estructurales y requieren soluciones que aborden el sistema en su conjunto.

Un nuevo lente: conocimiento sostenible

Para enfrentar esta crisis, proponemos el concepto de conocimiento sostenible, que implica producir evidencia bajo tres condiciones fundamentales:

Calidad, mediante métodos sólidos que minimicen el riesgo de sesgo y garanticen actualización continua.
Eficiencia, generando resultados en tiempos oportunos y utilizando los recursos de manera racional.
Mínima redundancia, evitando duplicaciones innecesarias sin impedir la replicación científica esencial.

Los esfuerzos actuales suelen abordar una dimensión a la vez, lo que genera desequilibrios importantes. La perspectiva del conocimiento sostenible reconoce la necesidad de integrar simultáneamente calidad, eficiencia y colaboración, apoyándose en tecnologías avanzadas y nuevas formas de organización.

La reducción de duplicación innecesaria es clave. Durante la pandemia, la coordinación entre grupos permitió avances inéditos, pero estos niveles de colaboración no se han sostenido en la práctica habitual, donde los equipos suelen trabajar de manera fragmentada.

Otro principio central es la interoperabilidad: la capacidad de que datos, herramientas informáticas y sistemas funcionen de manera conjunta y sin fricciones. Hoy la evidencia está dispersa, en formatos inconsistentes y, muchas veces, detrás de barreras de pago. Un sistema sostenible requiere promover ciencia abierta, estándares compartidos y plataformas que faciliten la colaboración efectiva.

Finalmente, es necesario reformar los incentivos académicos, que actualmente favorecen la cantidad de publicaciones por sobre la calidad. Reorientar estos incentivos hacia contribuciones con propósito, colaboración y apertura permitiría alinear la labor científica con su objetivo principal: mejorar la toma de decisiones en salud.

Cómo Epistemonikos contribuye al conocimiento sostenible

En la Fundación Epistemonikos estamos comprometidos con impulsar esta transformación. Para ello hemos desarrollado la Sustainable Knowledge Platform (Plataforma para el Conocimiento Sostenible), diseñada para facilitar la producción de síntesis de evidencia equilibrando eficiencia y alta calidad. La plataforma permite generar evidencia de forma ágil mediante inteligencia artificial y otras tecnologías, a la vez que reduce la redundancia mediante la reutilización de datos y la coordinación entre equipos.

También estamos desarrollando un proyecto aún más ambicioso: el Sustainable Knowledge End-to-End system (Sistema de Conocimiento Sostenible de Extremo a Extremo), el primer sistema diseñado para abarcar todas las etapas de la síntesis de evidencia, desde la formulación de preguntas hasta la difusión de resultados.

La Sustainable Knowledge Platform se encuentra actualmente en fase de prueba por diversas organizaciones y su lanzamiento formal está previsto para abril de 2026.

🔗 Enlaces de interés:
Lea más sobre la Sustainable Knowledge Platform.
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